Thursday, December 01, 2016

EINARIS: resplandecer es el imperativo absoluto del art-rock ecléctico





HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy centramos nuestra atención en el cuarteto estadounidense EINARIS (antes conocido como MIRKWOOD), el cual está dedicado a cultivar su propia granja ecléctica dentro de la gran estepa del discurso progresivo de nuestros días. Cuando hacemos la mención a lo ecléctico nos referimos al hecho de que este cuarteto conformado por Shames [batería], Finn [bajo], Nishi [guitarras] y Beatriz [guitarras y voz] sabe conjugar elementos de psicodelia, math-rock, jazz-rock, post-rock y vanguardia no-wave de los 80s en su enfoque sonoro, el cual ostenta una sólida ambición estética a través de la manifestación de su patente energía. El canto de Beatriz nos recuerda muchísimo a la de ese ángel de SONIC YOUTH que se llama Kim Gordon. Antes de seguir adelante con la presente reseña, advertimos que hay más de un grupo con el nombre de MIRKWOOD, algo con lo cual tuvo que lidiar el grupo en su propio blog de Bandcamp hasta hace pocos meses, cuando el grupo se rebautizó como EINARIS, nombre derivado de Einarr, el espíritu de un guerrero muerto en batalla según la mitología nórdica. Seguimos adelante: este grupo, tras publicar un EP a inicios del año pasado (bajo el viejo nombre), a mediados de enero del presente año 2016 publicaron “Absolute Radiance”, su primer disco de larga duración… aunque eso de larga duración consiste en que dura casi 35 minutos en total. 

Con una duración de 8 ¼ minutos, ‘Pangur Bán’ pone en marcha el repertorio del álbum con una ingeniería sonora que maneja sesuda y meticulosamente todas las variantes de climas y pautas rítmicas, siendo así que la dupla rítmica sabe mantener un swing razonablemente sofisticado a través de todas estas variantes mientras que la dupla de guitarras sabe cómo amalgamarse sobre los riffs reinantes en cada turno. ‘The Crystalline Constructs’ sigue a continuación para potencializar las aristas más vitalistas de la pieza precedente, lo cual se traduce en una concentración intensa de la aspereza sonora dentro del ostensiblemente desarrollo temático que exige la pieza en cuestión. La dupla de ‘La Maison Dieu’ y ‘Robin Williams’ sigue adelante con esta línea de trabajo, siendo así que la primera de estas piezas enfatiza un aura relajada mientras que la segunda edifica un aire de tensa densidad que se maneja con oportuna sobriedad. Entrando en detalles respecto a ‘Robin Williams’, se nota que hay una furia reinante que en la mayor parte del tiempo se mantiene en un nivel latente, o hasta escondido, pero en los pasajes más férreos (especialmente el último) dicha furia emerge con un desgarro electrizante. Siendo la pieza más extensa del disco con sus 10 ½ minutos de duración, ‘It’s Time To Pay The Price’ se impone como el clímax decisivo del repertorio: como es de esperar, el grupo aprovecha este generoso campo de acción para explayarse en su visión sofisticada del discurso rockero. El tema comienza con unas etéreamente vibrantes capas de guitarra que obviamente recurren al estándar del post-rock, asentando luego un motif llamativamente Crimsoniano sobre un complejo esquema rítmico. Cuando las cosas se calman un poco antes de llegar a la frontera del cuarto minuto, la banda elabora un híbrido de post-rock y math-rock y en base a ello crea un núcleo temático atractivo, casi pop, ágilmente sostenido por las dialogantes guitarras. El canto de Beatriz es expresivo sin llegar nunca a emotividades estereotipadas, y ciertamente, el equilibrio entre los pasajes cantados y los instrumentales ayuda a acentuar el potencial épico de la canción. La coda, precedida por una miniatura caótica, resulta una perfecta síntesis de los más saltantes detalles expresionistas de la canción.

‘Absolute Radiance (Arrival)’ cierra el disco sorprendiéndonos con sólidas exploraciones de frontal tenor introspectivo. Basándose en extensos explayamientos de dos guitarras acústicas y con breves secciones cantadas que recién surgen al pasar a la segunda mitad del desarrollo temático, esta canción porta un cierto aire bucólico que, antes de expresar una serenidad celebratoria, se centra en una introspección latentemente inquieta. Todo esto fue “Abslute Radiance”, un disco muy llamativo que representa una de las esferas más interesantes de la actúala vanguardia rockera de los Estados Unidos. Vale la pena seguir la pista a la gente de EINARIS.



Muestras de “Absolute Radiance”.-



2 comments:

Amán said...

César eres el comentaristas de discos mas Cool de latino america

César Inca Mendoza Loyola said...

Muchas gracias, aunque creo que exageras. Puedo ser el más fachero, eso sí... ¡ja, ja, ja!