Wednesday, July 22, 2015

La segunda travesía progresiva de H7G


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

La escena progresiva costarricense se viste de gala con el nuevo disco del cuarteto H7G: el segundo trabajo de la banda se titula “La Nave De Los Locos”, el mismo que fue publicado a fines del primer mes del presente año 2015. Ignacio Duarte [guitarra], Charly Fariseo [teclados y efectos], Mario Duarte [bajo] y Mariano Vidor [batería y Theremín] han logrado gestar una obra amena y estimulante. La estructura musical de este nuevo álbum se distingue en varios detalles de la del álbum debut “Esclavo De La Máquina” (el cual data del año 2012): los desarrollos temáticos tienden a ser menos expansivos, teniendo en cuenta que la pieza menos extensa del primer disco duraba poco menos de 7 ½ minutos mientras que la más extensa del nuevo apenas supera la barrera de los 7 minutos; hay más presencia vocal, siendo instrumentales solamente 2 de las 7 piezas; hay una mayor presencia de recursos de aspereza rockera a lo largo del esquema integral del repertorio. Con todo, nada de esto significa que H7G hayan renunciado a sus ideales de rock complejo con esencia progresiva, solamente que han decidido darle un nuevo giro a sus inquietudes creativas para darle un aire fresco a su aún joven vigencia. De hecho, el encuadre de “La Nave De Los Locos” es conceptual, centrándose en las actitudes y personalidades de personajes dementes ficticios.    


‘Cápsula’ pone a enrumbar esta nave musical con un groove llamativo que no tarda mucho en abrir paso a ornamentos y quiebres rítmicos sofisticados, alternando pasajes de jazz-rock pesado y de space-rock con una pasmosa fluidez. La sección final explota como un volcán lleno de fastuosa furia, gestando sonoridades incandescentes cuya fuerza se beneficia de una ingeniería bien articulada por los cuatro músicos. Ésta es la primera de tres canciones en las que el guitarrista Ignacio asume el rol de vocalista (las otras son la #3 y la #4). Luego sigue ‘Pumalión’ para llevarnos a un ejercicio de psicodelia progresiva moderna, con algunos tintes stoner que emergen para encauzar ingeniosamente los momentos de mayor intensidad expresiva. Es en esta canción donde el baterista Vidor asume por primera vez el rol de vocalista (la otra será la #6). ‘Niña Collage’, la tercera pieza del disco, porta unas vibraciones estilísticamente conectadas con la línea de trabajo plasmada en el disco debut: música progresiva químicamente pura que articula las influencias de la vieja escuela progresiva en sus dimensiones más épicas, la primera generación del prog-metal (DREAM THEATER, FATES WARNING) y su buena cuota de swing jazz-rockero. ‘Bambi Woods’ completa un balance creativo entre el prog-metal y la psicodelia progresiva: hay un interludio en el que la batería arma un esquema rítmico que tiene algo de tribal, el mismo que logra enfatizar el turbio colorido del solo de guitarra (uno de los mejores de todo el repertorio). La sección final ostenta un frenesí inexorablemente feroz. El quinto tema es el que justamente lleva el título del álbum, y al igual que ‘Niña Collage’, porta directamente la herencia de “Esclavo De La Máquina”, con las salvedades de que la presencia de ornamentos cósmicos de los sintetizadores tiene mayor peso en la amalgama grupal y que el nivel de sofisticación musical no es tan desafiante. El rol protagónico que orgullosamente ostenta la primera guitarra sirve como guía perfecta para focalizar el centro temático con buen pulso; por otra parte, también disfrutamos de unas excelentes intervenciones del bajo que crean un colorido especial dentro del groove a la par que conecta el esquema rítmico con la riqueza melódica diseñada para la ocasión.


Ya nos vamos acercando al final del disco cuando emerge ‘Vladis (Di Blassio)’, el cual entra de lleno a la pesadez estilizada propia del DREAM THEATER 89-95, y tal vez, también del paradigma de los alemanes VANDEN PLAS. El groove de la dupla rítmica es simplemente fabuloso; bueno… es verdad que tiene un desempeño formidable a lo largo de todo el disco, pero en esta pieza nos parece que se luce de una forma especial. Los últimos 7 minutos del álbum están ocupados por ‘Marlon Random’, el otro tema instrumental del disco. Dominado por un esquema jazz-rockero con colaterales tintes hard-progresivos que se van armando sobre el camino, el tema comienza con un groove sereno donde la placidez se enseñorea con un nervio asertivo; más adelante, el tema vira hacia un esplendor aguerrido sobre un groove intenso, y es allí donde la garra de la guitarra y los ornamentos cósmicos de los sintetizadores logran hermanarse en un juego de sonoridades contundentes. La coda viene con un efecto de sintetizador que tiene algo de tenebroso, casi recordándonos a los delirios abstractos del TANGERINE DREAM 72-73: posiblemente se trata de un retrato musical del desvariado viaje mental de los lunáticos. En fin, ésta fue la experiencia de “La Nave De Los Locos”, un disco buenísimo con el que H7G siguen completando una más que interesante travesía surcando los mares del mundo progresivo contemporáneo. La verdad que vale la pena subirse a esta nave y dejarse llevar por la imaginación: ¡disco recomendado!


Muestras de “La Nave De Los Locos”.-


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