Saturday, August 08, 2015

Cuarta semblanza del universo musical de HYACINTUS


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

HYACINTUS vuelve a la carga tras varios años de ausencia en el escenario fonográfico progresivo argentino con un muy bonito disco conceptual titulado “4th Universe”: bueno, todos sus discos precedentes han sido gestados con una guía conceptual, ya sea narrativa o filosófica, por lo que esta línea de trabajo es la regla invariable de la forma de crear y hacer música de Jacinto Miguel Corral. Éste es el nombre civil de HYACINTUS, quien para esta ocasión, además de repartirse colosalmente en las labores a las guitarras eléctrica, clásica y acústica, teclados, bajo, violonchelo, viola y percusiones Midi, añade a la mandolina, el charango y la citarina dentro de su arsenal instrumental. En lo que se refiere a la producción de sonido y la modalidad de trabajo tal como está plasmada en las piezas del álbum, podemos decir que, en cierto modo, tenemos aquí una continuación de las exploraciones estilísticas del segundo y tercer discos, “Fantasía En Concerto” y “Sinkronos” – de los años 2004 y 2008, respectivamente – a la par que acoge nuevos recursos estilísticos a fin de impulsarse hacia un eclecticismo sabiamente renovado. De hecho, ésta es la clave mayor del disco. “4th Universe” puede ser apreciado como una muy inspirada cosecha de las muchas siembras musicales que HYACINTUS ha estado proyectando en sus trabajos precedentes, pero, a su vez, también indica un camino nuevo donde se amplían y redefinen ansias eclécticas – todo esto en nombre de una lucidez convincente que se trasluce a lo largo de los diez temas del álbum. La narración fundante del concepto de “4th Universe” fue escrita por Gustavo Bolasini (gran promotor del rock progresivo de la escena argentina, además de productor del programa radial El Retorno Del Gigante). La susodicha narración se puede leer en el enlace http://hyacintus4u.blogspot.com/2015/06/la-historia-completa.html: se trata de la historia de un músico veterano y de renombre que encuentra una antigua partitura incompleta en los archivos de un monasterio español. La partitura le encanta y la copia para encontrar su sentido e inspiración en base al número 4 con la ayuda de un matemático, y a partir de allí, viajar a lugares de Oriente y Sudamérica, para luego volver a tierras europeas, visitando recurrentemente el monasterio donde comenzó esta investigación, ya una obsesión. Las fatigas de la vida que le llevaron a intentar completar la cuarta parte de la obra inconclusa también le llevan a su lecho de muerte, en la cual, antes de dar su último suspiro, canta las notas del cuarto movimiento esperando que deje una huella en la humanidad que le sobrevive.


‘Obertura’ abre las cosas con un esplendor épico que refleja una especie de pomposidad oscurantista: las líneas de la guitarra se dan maña para crear un resplandor sónico vital en medio de las imponentes orquestaciones. La primera secuencia cuatripartita empieza con ‘Preguntas A Los Monjes (Rayo Delta)’, pieza que goza de una polenta rockera muy vibrante, oportunamente alimentada por el fragor propio del esquema melódico creado para la ocasión. Notamos ciertos aires de familia con lo que a veces hacen ensambles compatriotas como WILLIAM GRAY y JINETES NEGROS, pero con un barroquismo pronunciado que nos remite en parte al paradigma de RICK WAKEMAN y a la actual fase de STEVE HACKETT. Luego sigue ‘Origen’, cuya esencia nuclear es ceremoniosa, apelando a climas místicos para el engarce de los teclados (capas, orquestaciones y efectos cósmicos) con las bien dibujadas líneas de las múltiples guitarras, mientras los arreglos percusivos aportan una base fastuosa muy apropiada para la ocasión. El tercer ítem de este tetraedro progresivo es ‘Idea Fija’, al cual desde ya denominamos como un cénit decisivo del álbum. La exultante ingeniería sónica de esta pieza es toda una celebración del fragor del mediodía que realza el destello dorado de un viejo palacio medieval. Desarrollándose sobre un predominante compás de 7/8, el motivo central instaura su llamativo gancho con mayestática voluntad de poder. Apoyándose sobre el imponente momentum de ‘Idea Fija’, ‘El Sabio Y La Humanidad’ vuelve a los senderos antes andados por ‘Preguntas A Los Monjes (Rayo Delta)’ con una actitud de acentuación del factor Hackettiano. Los fraseos de la guitarra flotan con un señorío imponente mientras el piano sostiene el desarrollo temático con un refinado oficio de constricción, lo cual permite al vitalista esquema rítmico hacerse notar con su groove tan marchoso.

El segundo tetraedro del álbum comienza con ‘On The Bridge’, pieza empapada por aguas exóticas, bañada en aromas bucólicos, explayada bajo exóticas brisas primaverales. Los instrumentos de cuerda acústicos y los arreglos percusivos marcan la pauta mientras las orquestaciones de teclados y los sobrios fraseos de la guitarra eléctrica (muy a lo MIKE OLDFIELD) añaden matices signados por una magistral elegancia. Luego se suceden ‘El Viejo Monasterio’ y ‘Después De La Razón’, piezas diseñadas para seguir abriendo caminos de fastuosa expresividad dentro de los caleidoscópicos paisajes sonoros donde habita el espíritu creativo de HYACINTUS. En efecto, ‘El Viejo Monasterio’ se centra en desarrollar una arquitectura sinfónica pomposa y frondosa, al modo de un jardín idílico donde reina el Dios Sol cuyo gobierno se basa en equilibrar la magia colorida de lo primaveral con el poderoso fuego de lo estival. Los fraseos de la guitarra eléctrica prácticamente son un fiel reflejo de la luz veraniega hecha sonido. Por su parte, ‘Después De La Razón’ tiene un inicio sereno e introspectivo, signado por el diálogo entre la guitarra clásica y las orquestaciones de los teclados; más adelante, vira hacia una excursión arábiga marcada por una vitalidad espectacular que es el resultado de la continua triangulación entre las cuerdas y las percusiones a la hora de reforzar la cadencia general. ‘Sé Y Sabrás’ concluye esta secuencia con una actitud tremendamente solemne, marcada por un espíritu de nostálgica magnificencia: en lo referente a su arquitectura sónica, nos recuerda en algo al paradigma de THE ENID, así como al OLDFIELD del “Ommadawn”, aunque de hecho notamos aquí ciertas huellas del modus operandi que se desarrolló en las secciones más impresionantes de “Sinkronos”. El disco termina con ‘Final’, una pieza que traduce la pomposidad de ‘Obertura’ hacia un aura de solemne tristeza. 

El balance general de “4th Universe” tiene que ser muy positivo de nuestra parte pues nos hallamos ante una obra máxima en lo que va de la carrera fonográfica de HYACINTUS, una obra en la que el autor en cuestión investiga en nuevos recursos eclécticos dentro de una línea de trabajo bien definida que él maneja a la perfección. ¡Disco totalmente recomendado!


Muestras de “4th Universe”.-


2 comments:

Gustavo Bolasini said...

gran comentário y gracias por la cita, un gran abrazo

César Inca Mendoza Loyola said...

Gracias por lo de "gran comentario". Por supuesto, todos te agradecemos a ti por haber sido parte importante en la gestación de este concept-álbum.

Seguimos en contacto, amigo Gustavo.